Este infame Experimento de la Cárcel de Stanford se ha ganado su lugar en la historia como un ejemplo notorio de los efectos inesperados que pueden ocurrir cuando se realizan experimentos psicológicos sobre la naturaleza humana.
Al igual que "El Señor de las Moscas" en la vida real, mostró una degeneración y ruptura de las normas y valores morales establecidos que dictaban exactamente cómo debía comportarse la gente entre sí.
El estudio creó más preguntas que respuestas sobre la amoralidad y la oscuridad que habita en la psique humana.
Como una empresa puramente científica, el experimento fue un fracaso pero generó algunos resultados que aportaron una comprensión de la psicología humana y el comportamiento social. Las implicaciones éticas de este estudio aún se discuten en las clases de psicología de las universidades de todo el mundo.
Desde la época de los abusos de Abu Ghraib y Guantánamo, el Experimento de la Cárcel de Stanford es cada vez más relevante, lo que demuestra que el abuso sistemático y la negación de los derechos humanos nunca está muy lejos de cualquier centro penitenciario.
Este estudio es tan conocido que en 2010 se lanzó una película en Hollywood sobre el Experimento de la Cárcel de Stanford. El experimento también ha sido la base de muchos estudios similares a través de los años, pero éstos han tenido controles mucho más estrictos y vigilancia en el lugar.
En 1971, el psicólogo Philip Zimbardo trató de demostrar que los guardias y los presos carcelarios tienden a caer en roles predefinidos, comportándose de la manera que ellos creen que deben hacerlo, en lugar de utilizar su propio juicio y valores morales.
Zimbardo estaba tratando de mostrar qué sucedía cuando un ser humano era despojado de su individualidad y dignidad y su vida era completamente controlada.
Quería mostrar la deshumanización y el desmoronamiento de los valores sociales y morales que podía sucederles a los guardias inmersos en esa situación.
Para llevar a cabo el Experimento de la Cárcel de Stanford, Zimbardo construyó un centro penitenciario de mentira en el sótano de la Universidad de Stanford.
Se colocaron anuncios en los periódicos locales ofreciendo $15 por día para los participantes de este programa. De las 75 respuestas, se seleccionaron los 24 sujetos de sexo masculino considerados más mental y emocionalmente estables. Eran principalmente de clase media y caucásicos y fueron divididos al azar en dos grupos de 12 presos y 12 guardias.
El grupo seleccionado para ser los guardias fue equipado con uniformes que imitaban el estilo militar. También se le dio bastones de madera y gafas espejo, para evitar el contacto visual y hacer que los guardias parecieran menos humanos.
En una reunión de iniciación, Zimbardo, quien actuó como el alcaide de la cárcel durante el experimento, informó a los guardias que la única regla era que no estaba permitido el castigo físico. Aparte de eso, los guardias podían controlar la cárcel como quisieran y serían divididos en patrones y turnos normales de trabajo.
Por otro lado, los presos estaban vestidos con batas baratas y sin ropa interior. Se les debía hablar y responder con números de identificación solamente. También tenían una pequeña cadena alrededor de un tobillo para recordarles que eran reclusos de un centro penitenciario. Las condiciones eran duras: tenían solamente colchones básicos para dormir y alimentos sencillos para comer.
Se les ordenó a los prisioneros esperar en su casa hasta que "se los llamara" para el inicio del experimento. Sus casas fueron allanadas sin previo aviso y ellos fueron detenidos por el departamento de policía local, acusados de robo a mano armada.
La Policía de Palo Alto había aceptado ayudar con el experimento. Como si fueran verdaderos sospechosos, a los prisioneros se les leyeron sus derechos y se tomaron sus fotos de prontuario y huellas dactilares. Después de ser despojados, indagados y despiojados, fueron llevados a las celdas que serían sus casas durante las próximas dos semanas.
Zimbardo, actuando como alcaide, podría observar y tomar notas sobre lo que ocurriría en el transcurso del estudio.
El Experimento de la Cárcel de Stanford se degeneró rápidamente y se evidenció muy pronto el lado oscuro e inhumano de la naturaleza humana.
Los prisioneros comenzaron a sufrir una amplia gama de humillaciones y castigos por parte de los guardias y muchos comenzaron a mostrar signos de sufrimiento mental y emocional.
En el segundo día del experimento, los presos organizaron una sublevación y disturbios en masa como protesta por las condiciones. Los guardias trabajaron horas extras e idearon una estrategia para romper y aplastar la revuelta, utilizando extintores de fuego.
Zimbardo no había dado ninguna directiva para esta acción. Los guardias formularon el plan por iniciativa propia.
El recuento de los prisioneros de la cárcel de Stanford se convirtió en una prueba de sufrimiento e humillación ritual de los prisioneros, en donde el ejercicio forzado y los castigos físicos eran cada vez más comunes. Se confiscaron los colchones de los presos y tuvieron que dormir en el piso frío y duro.
El baño se convirtió en un privilegio, en lugar de un derecho humano básico y el acceso al baño generalmente era negado. Con frecuencia, los internos tenían que limpiar los excusados con sus manos desnudas y eran desnudados y sometidos a la humillaciones sexuales, como un arma de intimidación.
El experimento mostró que un tercio de los guardias comenzaron a mostrar un rasgo arraigado y extremo de sadismo y hasta el mismo Zimbardo comenzó a involucrarse en el experimento. Dos de los detenidos tuvieron que ser retirados antes de tiempo porque mostraron signos reales de angustia emocional.
Curiosamente, ninguno de los prisioneros quiso abandonar el experimento antes de tiempo, aunque se les dijo que se les iba a negar el pago por su participación. Los prisioneros se institucionalizaron muy rápidamente y se adaptaron a sus funciones.
Ingresó un prisionero de reemplazo y se le indicó que iniciara una huelga de hambre como protesta por el maltrato de sus compañeros y como un intento de obtener la libertad anticipada. Sorprendentemente, sus compañeros reclusos lo vieron como un agitador en lugar de un compañero que trataba de ayudarlos.
Cuando se les informó a los internos que si el resto de los prisioneros entregaban sus mantas él sería liberado de su aislamiento, todos menos uno se negaron a entregar su manta.
El Experimento de la Cárcel de Stanford se llevó a cabo durante seis días hasta que una persona ajena al estudio, Christina Maslach, una estudiante de postgrado que luego se convertiría en la esposa de Zimbardo, fue traída para entrevistar a los guardias y prisioneros y quedó sorprendida por las escenas que estaba presenciando.
Zimbardo finalizó el experimento antes de tiempo y señaló que de los más de 50 visitantes externos, esta señorita fue la única que planteó inquietudes acerca de lo que estaba sucediendo.
Zimbardo entendió que el experimento demostró cómo las personalidades individuales de las personas podían verse tapadas cuando se les daba puestos de autoridad.
Los factores sociales e ideológicos también determinaron el comportamiento de ambos grupos, en donde los individuos actuaron de la manera que ellos pensaban que debían actuar, en lugar de utilizar su propio juicio.
El experimento pareció mostrar cómo reaccionaron los sujetos a las necesidades específicas de la situación en lugar de acudir a sus propios valores morales o creencias internas.
Los resultados del experimento han sido utilizados en muchos casos judiciales de alto perfil en los últimos años para tratar de demostrar que la cárcel debe tener instrucciones y pautas claras de las autoridades de más alto nivel. De lo contrario, se podría producir el abuso de los prisioneros.
Se ha cuestionado mucho la ética del Experimento de la Cárcel de Stanford y, desde luego, sin controles más estrictos este experimento no sería autorizado en la actualidad. Podría ocasionar un verdadero riesgo para las personas propensas a desequilibrios mentales y emocionales.
Para ser justos con Zimbardo, la mayoría de estas discusiones tienen lugar en retrospectiva y él no podría haber adivinado la internalización e institucionalización que se produciría durante el estudio.
Otras críticas incluyen la validez de los resultados. Fue un experimento de campo en lugar de un experimento científico, por lo que solamente hubo resultados de observación y ninguna evaluación científica.
Además, sería muy difícil que alguien replique las condiciones del experimento.
Se ha cuestionado ampliamente la selección de los sujetos, ya que el texto del anuncio que indicaba "se buscan para experimentos carcelarios" podría haber llamado la atención de personas con más predisposición hacia la violencia.
Luego del estudio, muchos de los guardias y presos indicaron que sólo estaban actuando los roles que creían que se esperaban de ellos, así que no hay consenso sobre si el estudio realmente retrató la naturaleza humana o no.
Si el Experimento de la Cárcel de Stanford se puede relacionar con verdaderas cárceles es otra cosa. Si bien el maltrato a los presos ocurre en todo el mundo, en la mayoría de las instituciones los guardias son cuidadosamente seleccionados y sometidos a un proceso de entrenamiento largo y extenso. Zimbardo protegió tanto a los presos como a los guardias de tendencias no sociales en su experimento.
También tienen protocolos estrictos que se supone que deben cumplir. Asimismo, el estudio utilizó únicamente hombres, mientras que la mayoría de las cárceles occidentales tienen personal de guardia de ambos sexos.
Zimbardo también pasó por alto el hecho de que no todos los guardias mostraron tendencias sádicas. Algunos trataron activamente de ayudar a los prisioneros y mostrar simpatía hacia ellos.
Estudios posteriores han llegado a la conclusión de que el abuso en las cárceles a menudo viene de arriba hacia abajo y que cuando se dan órdenes, éstas pueden afectar los resultados. Si los guardias hubieran recibido pautas estrictas de parte de Zimbardo al comienzo, entonces podrían haberse dado menos tendencias sádicas por parte de los guardias seleccionados para el Experimento de la Cárcel de Stanford.
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Martyn Shuttleworth (Jun 22, 2008). Experimento de la cárcel de Stanford. Nov 03, 2024 Obtenido de Explorable.com: https://explorable.com/es/experimento-de-la-carcel-de-stanford
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